sábado, 21 de abril de 2007

Aquí no hay nada, nada suficiente






Entiende que aquí no encontraras nada suficiente
es sólo campo y tierra
Algunas casas orilladas en abruptos precipicios, adobe de vieja historia
Nada más
Aquí se han quedado aquellos que los montes han declarado rehenes.
El mundo acaba aquí
Somos ciudadanos de una tierra exiliada
Huele a tragedia, la tierra ardiente habla de pasados oscuros, de sinos de familias, de mujeres locas, de hombres y cuchillos, de viudas negras, de cuatro paredes...
¿Qué haces aquí? Viajero...
Estás tan lejos de tu tierra...
Aquí estoy, las manos abiertas... no hay nada para ti, no hay nada que ofrecer...
La lluvia no tardará en llegar, lo he escuchado en el magullar de las hojas...
El temblor de los árboles ha susurrado... dime viajero ¿lo has oído tu?
Llevas lodo en tus botas, las manos curtidas y los ojos abandonados... ¿ de dónde vienes?
¿Qué has venido buscando en esta tierra como olvidada por todos?
Algo me quieres decir... Balbuceas y te escucho mas no entiendo.
Viajero hablas otro idioma, otras son tus guerras, otras tus desventuras... ¿Qué has venido a decirme?
No soy buena en aconsejar, nunca supe mucho de la vida yo misma.



Abres enormemente los ojos.... No te entiendo.



¿Qué haces aquí?



¡Vete ya! El mar pronto se turbará, tu barquita podría naufragar. Anda, abandona esta tierra, no te corresponde.



Esta es la tierra de los sin nombres, de los locos... Vete ya.



Nadie sanará tus heridas aquí. No hay corazones, no hay manos, no hay amantes...



Es una tierra baldía, estéril, anónima. No queremos tu nombre aquí.



No hay nada suficiente.



Tus ojos se hacen cada vez más grandes ¿Quién eres?



¿Tienes un nombre, un padre, una madre, una edad? Entonces, vete. Aquí no hay nadie.



No, no soy yo. Yo no puedo.



Al otro lado del cerco me esperan mis propias guerras, mis demonios. No puedo quedarme, no puedo guarecerte.



Aquí no hay nadie.






Esta es la tierra de mis dolores, no son los tuyos. Vete ya.









Y la lluvia comezó, gloriosa



Naufragio.



domingo, 8 de abril de 2007

Desnuda




Siempre supe sería yo una mujer amante, el amor lo conocí antes de conocer las palabras y desde entonces y para siempre le tendría en mis entrañas, creciendo al margen y a la par de mi vida.



Pero lo que sin embargo no sospechaba es que con el tiempo la mujer amante sería una mujer fácil de querer pero imposible de amar.



Lo que nadie supo ver, ni siquiera mis ojos encontraron luz, fue que el alma tortuosa y oscura de la mujer sería lo que a otros asustaría y con el tiempo alejaría.



No fue que yo no supiera amar fue simplemente que como amaba, como amo, nadie entiende.



A una mujer maldita el amor le mira por entre los barrotes de su cárcel.



Porque la muerte viste de mujer y calza tacones de aguja....
La muerte tal vez he sido yo.
Siempre supe jugar el juego del amor, siempre supe sonreír a tiempo y ocultar la esencia negra tras un semblante de ojos bizarramente abiertos.

Nadie sospecho.
A tiempos logré incluso engañar a mis sentidos...
Pero hoy que he despertado desnuda en mitad de la calle entiendo el peligro de mi disfraz.
Porque ayer alguien irrumpió en mi habitación, ayer alguien se invitó a mi claustro y ayer alguien me desvistió.
No recuerdo con exactitud su rostro ni su nombre.
Recuerdo el miedo.El miedo blanco que amenaza con la verdad.
A él lo olvidé.
Él a mi me olvido

Sólo escuché la puerta cerrándose en el instante mismo en el que te ibas.
Nunca entendí que habías venido buscando, si en mi desnudez lo habías encontrado, si pensabas acaso volver...




Supongo que como todos, la verdad callada te asustó.



Ya nunca más le volví a ver...

Nunca su nombre dijo



Supongo que nunca existió.