lunes, 24 de septiembre de 2007

Locura de pecho


Es cierto,

nos equivocamos.


Es cierto,

así nos perdimos.


Nos faltó coraje.

¿Podrías reprocharmelo?


Quizás deberías.


Pero ¿ qué ganarías? Si al final nos abandonamos.


No era a ti este corazón, no eran a mi tus heridas.


¡Tamaña ilusión que alimentamos!


Prudencia se llamó ese tiempo preterito que nos separó.


El tiempo todo lo cambió,

todo destruyó

todo reiventó.


Vamos, regalemos una oración a ese rosario que perdió sus cuentas.


Me cantas para dormir,

y no sabes que hace ya mucho que me desperté.


Nunca dos locos pudieron sobrevivir.


¿Pensaste nosotros podríamos?

Todo se desintegra con la docilidad de un niño de pecho.



Que fue un sueño negro,


¿Hacía falta algo más?