domingo, 4 de mayo de 2008

A ti


A ti que no escuchas,

que no ves,

que no sabes.

A ti te escribo, a ti te hablo, a ti te pienso.


No sé si leerás ésto, no sé qué pensarás... ¡Tan poco sé de ti!

Hubo un instante de tiza en el cual me creí parte de ti, de tus caprichos, de tus silencios. Ese instante se fue como una canción.

Cuando vi tu espalda, entendí te habías ido.

Cuando yo no estuve, entendiste me había ido.

Y así sucesivamente nos fuimos el uno del otro. Sin una explicación, mucho menos una razón.

Porque yo así lo quise, porque no me pediste que me quedara, porque...Ya no sé por qué, ya ni sé si vale la pena preguntarmelo.

Quizás no notaste el hueco vacío, quizás jamás fui esa mujer.

Pero hoy quería hablarte, contarte historias. Hoy que te sé muy lejos, o al menos ausente.

Porque no tienes que decirmelo, cuando los corazones se pierden, las distancias se hacen interminables - poco importa si los cuerpos aún se rozan-

No estás...

Tampoco estoy yo.

Nos perdimos en un sueño que nadie advirtió tenía el olor a pesadilla.

A ti quiero dedicarte esta noche, sus copas, sus cenizas, todo lo que pueda traer en ella.

A ti que no sabes cómo me siento, pues jamás te lo dije.

A ti quiero llamarte, cuando sé que mi voz se perderá en un silencio sin oídos.


Mi fragilidad...

Maldita ella.


Como una muñeca me rompi y no lo viste.

Mi fragilidad, tu fragilidad.


No sé como llamarte, como buscarte.

Cuando llegas, me escondo. No quiero sepas que lloro.

No quiero que sepas que me dolió ese adiós prematuro, ese beso amenazado, mis tacones alejandose de tu puerta.


Me dijiste habías escrito para mí, nunca esas palabras conocí.

Pues no me retuviste - siempre me dijiste que no lo harías- ¿Por qué pensé sería distinto conmigo?

Siempre te dije que no era buena quedandome ¿Por qué iba a ser distinto ahora?


Todo me parece un cenicero colmado, confuso, quemado, dolido.

Temo el viento se lleve las cenizas, temo alguien venga y quiera limpiar el cenicero.

Temo perderte y que me duela.

(pero ya me duele ahora)


Lo que callas,

lo que no sé decir.


Siempre escuché lo que no me decías.

Fui y volvi, porque no quería cambiar.

No quería hablar,

no quería perder,

no quería salir.

Quería vivir en el ayer.


A ti...

¿Dónde estás?

No te encuentro.


A ti....