domingo, 8 de abril de 2007

Desnuda




Siempre supe sería yo una mujer amante, el amor lo conocí antes de conocer las palabras y desde entonces y para siempre le tendría en mis entrañas, creciendo al margen y a la par de mi vida.



Pero lo que sin embargo no sospechaba es que con el tiempo la mujer amante sería una mujer fácil de querer pero imposible de amar.



Lo que nadie supo ver, ni siquiera mis ojos encontraron luz, fue que el alma tortuosa y oscura de la mujer sería lo que a otros asustaría y con el tiempo alejaría.



No fue que yo no supiera amar fue simplemente que como amaba, como amo, nadie entiende.



A una mujer maldita el amor le mira por entre los barrotes de su cárcel.



Porque la muerte viste de mujer y calza tacones de aguja....
La muerte tal vez he sido yo.
Siempre supe jugar el juego del amor, siempre supe sonreír a tiempo y ocultar la esencia negra tras un semblante de ojos bizarramente abiertos.

Nadie sospecho.
A tiempos logré incluso engañar a mis sentidos...
Pero hoy que he despertado desnuda en mitad de la calle entiendo el peligro de mi disfraz.
Porque ayer alguien irrumpió en mi habitación, ayer alguien se invitó a mi claustro y ayer alguien me desvistió.
No recuerdo con exactitud su rostro ni su nombre.
Recuerdo el miedo.El miedo blanco que amenaza con la verdad.
A él lo olvidé.
Él a mi me olvido

Sólo escuché la puerta cerrándose en el instante mismo en el que te ibas.
Nunca entendí que habías venido buscando, si en mi desnudez lo habías encontrado, si pensabas acaso volver...




Supongo que como todos, la verdad callada te asustó.



Ya nunca más le volví a ver...

Nunca su nombre dijo



Supongo que nunca existió.

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