viernes, 5 de octubre de 2007

Dos palabras



Clareaba el alba afuera del auto




Pero éramos dos.




Dos, entonces. Dos, para siempre.




Dos; tú y yo.




Sobre ti, un instante congelé. " Como una fotografía, guardar para siempre en mi mente este instante"




Me mirabas, era dulzura, era anhelo, era...




Sentía tus manos pintar mi figura, reconocerme con el cuidado de quien coge una flor de un jardín ajeno.




- ¿Alguna vez has imaginado cómo sería hacer el amor?- pregunté.




- Sí, muchas veces.-




Silencio.




Todo era la primera vez. Todo tenía ese temor infantil, de quien por primera vez toca y nombra las cosas por su nombre.




Durante todo ese día, o que había sido de él, sentí como de sus labios querían salir dos palabras. Y sin pensarlo, le cerraba la boca con mis manos. No quería escuchar, tenía miedo a escuchar.




Y entonces de madrugada, escribí sobre su frente con mis dedos, dos palabras, un universo. " Te amo"




Sentí como su cuerpo se estremecía.




-¿Por qué no lo dices?-




-Me da miedo, no puedo-




Y rápidamente comenzé a calzar mis zapatos y antes de poder huir, él me cogió muy fuerte del brazo.




Mi expresión era pavor. No hablaba. Quieta, él me sostenía muy fuerte. Y entonces él dijo:


-Te amo-




Las palabras eran incapaces de abandonar mi lengua, mi garganta. Y entonces con un soplo de aliento iba responder, pero él se precipitó y cerro mis labios con sus dedos.




- No lo digas, si no puedes-




Y sin saber cómo ni por qué encontré la fuerza que tanto me había faltado y dije :


-Te amo-




No quiso creer y entonces lo grité más fuerte y con una sonrisa. Me creyó.




Dos palabras.




Y una vez dichas, una vez sentidas el universo estalló.




- Aunque dure un minuto, que sea el más lindo de nuestra vida- me dijo.




Perdí todo miedo. Lo amé como sabía lo hacía pero era incapaz de aceptar.




¡Te amo!




Sí, hoy te amo.




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