viernes, 24 de noviembre de 2006

El quiebre



Y finalmente te llamé, no sé si encontré la fuerza para hacerlo o simplemente la necesidad pudo más.


Y ahí estabamos los dos, dos extraños, al otro lado del telefono...


«Necesitamos un tiempo para pensar» Malditas sean las palabras.


« Hablemos el lunes» Maldito seas lunes que retrasas sin conciencia tu llegada y agudizas la angustia.




Así sucedió, sin si quiera darnos cuenta estabamos frente al barranco prometido.


Supongo estás confundido, me has dicho que no sabes si me amas menos o distintamente. Me has dicho, la voz brusca y galopada, que no sabes, que no sabes, que no sabes. Me ha dolido.




He llorado, querido gritar... Tu amor me duele tanto.


Yo sé te amo, lo sé. Pero no sé si confío en el futuro de nuestra relación. No sé si seras, si seremos capaces de recoger los pedazos de amor y reconstruir una relación.


No sé si tendras las fuerzas, las ganas, la determinación, la certeza de seguir con esto.




Ya sabía yo desde siempre que yo sería para ti simplemente «la primera», un universo se abría expectante ante ti, y yo habría de ser esa primera mujer. En cambio yo, que había vivido tanto antes, había encontrado en ti mi último paradero, sabía desde el primer día que serías tu mi hogar, los brazos en los cuales quería esconderme para siempre, quizás. Pero ¿cómo pedirte a ti me des lo que aún no conoces y yo espero? Tu me has amado como se aman los primeros amores, con dulzura, con asombro pero fugazmente. '


Yo había llegado a ti herida de guerra, azotada por el amor, con una maleta de experiencias y decida, por pasado y conocimiento, que no necesitaba nada más, que serías tu, por mucho tiempo quizás para siempre. Yo supe proyectarme, planear a tu lado. Tu vivías el día a día con el asombro de lo que el amor podía ser, nada más.




Habíamos acordado no hablar, no vernos hasta el lunes. Pero no lo he soportado...


Mis amigas empeñadas en hacerme olvidar me han llevado a una tarde de piscina, de música pero no hubo caso, te seguía pensando, me dolía.


Así abandoné la casa llena de risas, de bikinis, agua y piscosour y junto a dos amigas nos fuimos a caminar por la ciudad a pleno sol.


Encontramos un pequeño café y nos sentamos a conversar de la vida, las amigas, los cambios, los estudios. Te olvidé por un tiempo. Pero al marcharse una de ellas, hemos quedado dos y volviste irremediablemente a mis palabras.




Y ante tantos fantasmas nos hemos encontrado frente a un telefono público, y no pude contenerme y marqué tu numero. Sabías no reconocerías aquel numero y eso me reconfortó, sólo quería escuchar tu voz. « ¿Aló? ¿Aló? ¿Aló?» Me quedé muda, pero ante el miedo de que cortases sólo dije « te amo» y corté. Sentí mi corazón contraerse espamos tras espamos. Supongo que quisé me llamases a mi celular de vuelta, suponiendo que sabías había sido yo. Pero nada, no llamaste. El silencio rompió mi angustia. Y me sentí tan tonta, tan estupidamente enamorada y tu sin inmutarte, sin si quiera devolverme el llamado al menos para saber si había sido yo. Nada. Tan poco te importó. Dolió.


Quizás es verdad que todo terminó.




Me cuesta aceptar que el único hombre al que he amado realmente no me ame, no al menos como yo creía y quería creer.


Se me acaba el universo. Estoy perdida. Triste, sola. No quiero a nadie, sólo a él pero él no viene ni vendrá. Y esa resignación arde y escose la herida.


Mi celular ha sonado y he corrido a contestar pensado que quizás era él, pero nunca fue él, jamás será él. No lo quiero creer.




Terminó.




Quiero escaparme lejos, tan lejos que nadie nunca más me encuentre. Lejos de sus recuerdos, de la posibilidad de toparmelo en la calle. Lejos. Sencillamente lejos.


He descubierto el anillo que me diste en mi dedo y lo he mirado con dolor. Y con fuerza lo he quitado de mi dedo y guardado en la caja con todos tus recuerdos.


El anillo que prometía amor eterno, que murmuraba un futuro juntos ha abandonado su morada. Ya no vale nada.




Creo estar segura que el lunes todo habrá acabado, lo siento. Ya no me amas y yo he quedado aquí amandote.






Un quiebre.






Te amo. ¿Me escuchas? Me duele. Me dejas y me destrozo.

No hay comentarios: