lunes, 27 de noviembre de 2006

Se acabó



Hoy lunes como lo había predicho; se acabó.


Él decidió terminar la relación pero no sin antes dejarme en claro que no me amaba, que quizás nunca lo hizo y que apesar de no saber que es lo que quiere tiene claro que no quiere una relación «tan seria» como la que teníamos.


« No quiero sentir el peso inmenso del amor»


Y me pregunto si acaso sabes qué es el amor, supongo que no.


Y estupida, patetica yo mujer que amaba sin sospechar que no la amaban.




Así fue, sin anestesia, directo al corazón.


Y aunque mientras terminabas conmigo, no moví un musculo, me mantuvé estoica, apenas desapareciste rompí a llorar y he sosllozado desde entonces.




Primero el dolor inmenso, la impotencia de amar y de perder, luego la rabia y nuevamente la pena.




Sé que pasará, sé que no tardaré en sanar pero lo que tu te has llevado, lo que yo te he entregado ¿quién me lo va a devolver?




Me siento ultrajada, robada, usada y luego desechada. Me mentiste al decirme « te amo» y culpa la mía de creerte a ojos cerrados.


¿Qué fuí? Una piedra en el camino. ¿ Qué fuiste tu para mi? El universo.


Y el dolor yace en la contradicción infame de amarte y que no me ames, que a mi me destroze y tu salgas sonriente.




Supongo que no te merecías ni un apice de lo que pude darte, que nunca supiste saciar el amor en su totalidad. Y hoy que sentiste miedo, que las cosas no eran color de rosa has huído. Es tanto más fácil.




Me dejaste y aunque el dolor me ciegue, aunque no pueda comer, aunque no cese de llorar sé que es mejor. Que aunque yo hubiese luchado por ti, aunque yo me proyectaba a tu lado, al final tu no serías, como no fuiste hoy, capaz de luchar por mi. Y un tango se baila de a dos. Tu no eras quién yo creía, a quién yo amaba, eras tan sólo un chiquillo asustado, sin idea alguna de lo que es el amor y sin animos de descubrirlo. Me demostraste eras un cobarde.




Ahora me despido yo.


Adios, para siempre.






( Duele, es cierto, pero duele el amor y me consuela saber que he amado y perdido ya que tu no has amado ni perdido)


3 comentarios:

madam_ladybug dijo...

Te diría: esa es la actitud! pero creo que no lo necesitás... no necesitás que otra persona te lo diga porque te supiste mantener en pie durante la tormenta!!!
Y es curioso, a mí me pasó casi lo mismo que a vos... cuando estaba atravesando un tiempo muy difícil con mi novio, que era una especie de "separación" en la que me sentía casi tan desconsolada como está vos ahora empecé a escribir para afuera. Empecé a dedicarle tiempo a mi espacio, a mis letras... a descargar todo por ese lado.
Me parece una forma bastante "digna" de sangrar... y si necesitás distraerte, leer, escribir, comentar, compartir, creo que hiciste una buena elección.
Por mi parte me pasaré seguido para mantener la seguridad de que las cosas irán mejorando con el tiempo (aunque parezca una frase hecha).

¡Saludos Srta!

colorprimario dijo...

Todo cambia, nada permanece...

Hay dos formas de enfrentarse a esta concepción helénica de la vida. Una es oponiéndose tratando de consumar un ideal, ya que, a fin de cuentas, las ideas son lo único que permanece inmutable desde que habitamos este mundo. La otra es dejar que todo fluya, sin hacer juicios de moral o analogías con el pensamiento, digamos correcto, que determina una época. Con todo esto quiero decir, que aunque todo haya acabado, no es obligatorio dejar de amar, por lo menos no desde el primer instante. De este modo el amor podría desvanecerse lentamente. Casi como ese hermoso sueño, que con el paso del tiempo habremos de dudar si hemos soñado despiertos. Digo esto porque en mí caso, lo más doloroso ha sido siempre obligarme a olvidar a alguien, cuyo único error fue no corresponderme.

Un abrazo,
D.

madam_ladybug dijo...

Y ¿ qué pasa, señorita, por sus pagos que tiene tan olvidado este lugar?