lunes, 14 de abril de 2008

Bifurcación


No hay caminos que no bifurquen y se pierdan...
Quisiera contar que he vivido
gritar que existo
que soy más que un nombre placado en un pedazo de carne
finita
He pensado tantas veces
y a tan poco me saben reflexiones en el tacho de basura
escondidas,
por temor,
bajo mi cama...


He querido volar
no he encontrado alas

Me he perdido...
Nadie me ha encontrado

Y después....
después ya ven, quedan las cenizas de sueños
mil veces soñados...
Gasto minutos en vanas bocanadas de tabaco
Moriré...
quizás.
Existiré...
quisiera.
No he entendido quizás la gran biblioteca
ni al hombre parado
al hombre que lee.
Me lee, quizás, a mi
en una idea....
Me he negado a ser lo que ellos ven
he querido ser más...
suficiente para éste cuerpo
que carga conmigo y sé está cansado.
Muerdo un labio
Y sacio la carne...
succiono la sangre para entender que sangro
y si existo, al fin, dolerá
y anhelo una finitud trascendente
más allá de los caminos que creo y quemo
por miedo a ser, finalmente, encontrada
salvada.


Secretamente, espero ser una mujer en el desierto
sin más agua que mi propia saliva
sin más carne que mis huesos...
Y si un día, un viajero, osará buscarme
me encontrase dibujada en un grano de arena
como se dibuja el universo
en lo ínfimo, en lo pequeño...
Y entender al fin, que no somos más ilusiones
en un mundo aún más ilusorio.
Perseguir una nube
recordar un pasado
vivir y no saber por qué...
VIVIR.
Y bifurcan ideas, se multiplican sin alcanzar jamás el infinito en la repetición.
Yo soy eso.
Mi propia creación de mortalidad.
La mujer maldita que come de mi carne
conoce los atajos... y me pierde
yo dejo que me pierda
Y así...
olvidar por ser
crecer por entender
herir por sentir
ser por morir algún día
y ya ven...
Los he perdido a ustedes también...
en un jardín absurdo, del cual espero no escapen ilesos.
Vale la pena herirse con las espinas del rosal...
Yo misma bifurco y me encuentro al otro lado del espejo.

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