martes, 1 de abril de 2008

La otra versión de mí


Un poema para Macarena


La otra versión


La otra versión es la que escribo en sueños

una voz que la letra retiene

repitiéndola

como una línea de Robert Desnos:

tanto soñé contigo que pierdes tu realidad


La otra versión eres tú, sigilosa,

cuando tus días pasan de largo a mi lado,

cuando el viento derrama

tu cabellera sobre mi memoria.


Vicente Lastra



Soy ésta, y soy otra.

Una suerte de alteridad, el espejo es doble.

Estoy yo contemplándome, y hay un otro más allá del cristal y en mi reflejo.

Yo no lo veo.

Una versión de mí se acuña en otros ojos, no los míos.

Soy todas y ninguna.

La reina, los secuaces, el bufón.

Mi pobre armado de ilusiones

Un castillo suspendido en mi aliento.

Pilar es sólo uno de mis nombres, no los soportes de mi imaginación.

Son símbolos de la mujer que fui.

Yo hablo de símbolos de personas, su esencia queda aisladas y como fuera de mi alcance.

Sólo hablo de imágenes mentales de otros, no de otros.

Y así las versiones de mí son símbolos de creaciones mentales, de otros sobre imágenes mías.

El cuadro es a todas luces difuso, simbólico e ilusionista.

El espejo no soy yo, y quien yo entiendo ser, es mi mera construcción.

Las mujeres en mí son infinitas, una suerte de esquizofrenia, que a tiempos es nula, pues no soy ninguna.

Una idea de mi ronda sus mentes, intentan nombrarla, retenerla.

Tengo una jaula, y el pájaro es feliz en ella.

Pero también soy la dueña, quien cierra la jaula, quien proporciona el alimento y el agua.

Soy el axolot, el ajolote, el protagonista, el lector, el escritor, Cortazar y Macarena.

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